La sanidad rural en Marruecos atraviesa una etapa de transformación profunda. Con miles de proyectos en marcha bajo el Programa Nacional de Reducción de las Disparidades Espaciales y Sociales, el país busca acercar la atención médica a las zonas más alejadas. Sin embargo, la distancia entre los progresos oficiales y la experiencia cotidiana de muchos ciudadanos sigue siendo notable.
Inversión histórica para reducir la brecha sanitaria
Según el ministro de Sanidad y Protección Social, Amine Tahraoui, entre 2017 y 2023 se aprobaron 1.816 proyectos de salud por un monto de 1.700 millones de dirhams (unos 165 millones de dólares). Estas iniciativas forman parte del programa nacional que busca garantizar el acceso equitativo a los servicios sanitarios en las zonas rurales.
De ellos, 431 proyectos de construcción ya han sido finalizados, mientras que 113 continúan en ejecución. Asimismo, 706 operaciones de mejora, rehabilitación y ampliación de centros de salud han sido completadas, y otras 190 están en curso.
En el ámbito logístico, el ministerio ha logrado adquirir el 95% de los vehículos previstos, con un total de 876 unidades, entre ellas 648 ambulancias, 198 unidades móviles y 30 vehículos de servicio. Las 44 restantes se encuentran en proceso de compra.
Nuevos hospitales para una red sanitaria más equilibrada
El desarrollo de la sanidad rural en Marruecos incluye una expansión significativa de la capacidad hospitalaria. Para el periodo 2025-2026, están en marcha 24 hospitales con una capacidad conjunta de 2.273 camas, y se prevén 20 proyectos adicionales para 2027, que añadirán 2.430 camas más.
Entre las obras más destacadas figura el Centro Hospitalario Universitario (CHU) de Laayoune, con 500 camas, cuya inauguración está prevista antes de finalizar 2025. A este se suman los futuros CHU de Rabat, Beni Mellal, Guelmim y Errachidia, que deberían completarse en 2027. Con ello, cada región marroquí contará con un hospital universitario moderno y mejor equipado.
Además, se ha iniciado una operación de urgencia para rehabilitar 91 hospitales a nivel nacional, en un esfuerzo por modernizar infraestructuras y reforzar la accesibilidad sanitaria en el medio rural.
Entre el progreso institucional y las carencias cotidianas
Pese a los avances visibles en cifras y proyectos, el sistema sanitario marroquí sigue enfrentando graves problemas estructurales. La muerte de ocho mujeres durante el parto en un hospital público de Agadir, ocurrida en septiembre, provocó una ola de indignación y reabrió el debate sobre la calidad de la atención médica y las condiciones de los hospitales públicos.
Este trágico episodio refleja las carencias persistentes de la sanidad rural en Marruecos: escasez de personal, largas esperas, déficit de equipamiento y brechas de calidad entre zonas urbanas y rurales.
Movimientos ciudadanos como GenZ212 han denunciado reiteradamente lo que consideran un “sistema roto”, exigiendo reformas estructurales que garanticen seguridad, dignidad e igualdad en el acceso a los servicios médicos.
El reto de humanizar la sanidad rural en Marruecos
El gobierno sostiene que la estrategia actual apunta precisamente a cerrar las brechas territoriales y ofrecer servicios de salud modernos en todo el territorio. Pero los ciudadanos reclaman algo más que nuevas infraestructuras: buscan una atención humana, eficiente y digna, donde la salud deje de ser un privilegio urbano.
El verdadero desafío no radica únicamente en construir hospitales, sino en garantizar que funcionen bien: con personal suficiente, equipamiento adecuado y un sistema de gestión que priorice la vida y el bienestar de los marroquíes.


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