El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó este miércoles una nueva resolución, renovando por un año el mandato de la MINURSO y reafirmando la vigencia y seriedad de la iniciativa marroquí de autonomía, presentada por el Reino en 2007 como vía realista y duradera para poner fin al diferendo regional sobre el Sáhara marroquí.

La resolución fue aprobada con 11 votos a favor, ninguno en contra, y tres abstenciones (Rusia, China y Pakistán), mientras que Argelia, que no es miembro permanente del Consejo, optó por no participar en la sesión decisiva.
El texto fue impulsado por Estados Unidos, país que ejerce la pluma del expediente del Sáhara en el Consejo de Seguridad, y recibió el respaldo de los principales socios occidentales de Marruecos: Estados Unidos, Francia, Reino Unido entre otros.

Un texto que consolida la posición de Marruecos

La resolución reitera los términos empleados en textos anteriores, destacando “los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos” por alcanzar una solución política, y menciona explícitamente la necesidad de continuar el proceso de negociaciones bajo la conducción del Enviado Personal del Secretario General, Staffan de Mistura.

Por primera vez en varios años, el Consejo introduce una referencia más directa al realismo y al compromiso, dos principios que, según fuentes diplomáticas, reflejan la orientación actual de la comunidad internacional hacia la propuesta marroquí de autonomía.

El texto no menciona la opción de un referéndum, sino que llama a las partes —Marruecos, Argelia, Mauritania y el Polisario— a reanudar el proceso de las mesas redondas “sin condiciones previas y de buena fe”, con el objetivo de alcanzar una “solución política, realista, pragmática y duradera”.

Reacciones inmediatas y contexto diplomático

El representante permanente de Marruecos ante la ONU, Omar Hilale, calificó la resolución como “un reconocimiento claro del liderazgo de Marruecos y de la seriedad de su iniciativa de autonomía”.
Destacó, además, que más de 85 países apoyan oficialmente esta propuesta y que más de 30 consulados han abierto sus puertas en Dajla y Laayoune, confirmando el carácter irreversible de la marroquinidad del Sáhara.

Por su parte, Estados Unidos y Francia reafirmaron en sus declaraciones posteriores su compromiso con una solución basada en la autonomía bajo soberanía marroquí.
El Reino Unido destacó el clima de desarrollo y estabilidad que se vive en las provincias del sur, mientras que España, aunque no es miembro del Consejo este año, saludó el equilibrio del texto y reiteró su apoyo al proceso de la ONU.

En el terreno: estabilidad y desarrollo

La adopción de la resolución coincide con un contexto de notable avance económico y social en las regiones del Sáhara, impulsado por el Nuevo Modelo de Desarrollo de las Provincias del Sur, lanzado por Su Majestad el Rey Mohammed VI en 2015.
Proyectos estratégicos como el Puerto Atlántico de Dajla, los corredores energéticos con África Occidental y las zonas industriales agroexportadoras consolidan al Sáhara marroquí como un polo de crecimiento continental.

Una victoria diplomática y un mensaje de estabilidad

Desde la óptica de observadores y analistas, la resolución del 31 de octubre sobre el Sáhara confirma la madurez diplomática del Reino y su posición sólida ante las Naciones Unidas.
El texto refleja que la comunidad internacional respalda la vía del realismo, alejándose definitivamente de planteamientos ideológicos que han obstaculizado la paz durante décadas.

Esta nueva resolución no solo renueva un mandato técnico, sino que ratifica una visión política: la del Marruecos moderno y estable, capaz de ofrecer una solución concreta, inclusiva y respetuosa con los principios de la Carta de la ONU.


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