Londres destaca que la propuesta marroquí es “la base más seria y pragmática” para una solución política duradera
Durante un debate celebrado en la Cámara de los Lores, el Gobierno del Reino Unido reafirmó su respaldo al plan de autonomía presentado por Marruecos como solución realista al conflicto del Sáhara Occidental.
La declaración, emitida por la Baronesa Jenny Chapman, ministra británica de Desarrollo, subraya que la propuesta marroquí “sigue siendo el camino más creíble y pragmático” para alcanzar una solución política bajo los auspicios de las Naciones Unidas.
“El Reino Unido considera el plan de autonomía marroquí como ‘la base más creíble, viable y pragmática’ para una solución duradera del conflicto del Sáhara Occidental”, declaró el secretario de Estado británico David Lammy.
También, durante un debate en la Cámara de los Lores, la Baronesa Chapman lo calificó como “una solución correcta y pragmática” y reiteró que el Reino Unido permanece “extremadamente cercano a nuestros amigos marroquíes”.
Reafirmación diplomática antes de una votación clave
Esta postura llega en vísperas de la votación del Consejo de Seguridad de la ONU, donde se examinará una resolución redactada por Estados Unidos que busca respaldar formalmente el plan marroquí.
La intervención británica se interpreta como un gesto político de peso, que refuerza el consenso internacional en torno a la propuesta de Rabat.
El Reino Unido, según destacó la ministra, mantiene con Marruecos una relación de “amistad cercana y de confianza estratégica”, tanto en materia de seguridad como de cooperación económica y energética.
Contexto del conflicto y relevancia del plan de autonomía
El conflicto del Sáhara Occidental se remonta a 1975, tras la retirada de España y la proclamación de la autodenominada República Árabe Saharaui por el Frente Polisario, apoyado por Argelia.
Desde entonces, Marruecos ha propuesto un modelo de autonomía avanzada bajo soberanía marroquí, presentado oficialmente ante la ONU en 2007.
El plan otorga amplias competencias administrativas y culturales a la población local, manteniendo en manos del Estado central los asuntos de defensa, relaciones exteriores y soberanía nacional.
Esta propuesta ha recibido respaldo de numerosos países, entre ellos Estados Unidos, España, Francia, Emiratos Árabes Unidos y ahora también el Reino Unido, que la consideran la única vía política viable frente a la parálisis del referéndum promovido por el Polisario.
Reacciones y consecuencias geopolíticas
La decisión británica fue recibida en Rabat como una confirmación del éxito diplomático marroquí en la escena internacional.
El apoyo de una potencia permanente del Consejo de Seguridad refuerza la legitimidad internacional del enfoque marroquí, y aumenta la presión sobre el Polisario y su principal aliado, Argelia, para aceptar un marco de negociación realista.
Por su parte, Argel manifestaba este martes su “preocupación” por la posición del Gobierno británico, calificándola de “injerencia injustificada” en el proceso de autodeterminación.
Una nueva etapa en las relaciones Londres–Rabat
Más allá del Sáhara, la postura del Reino Unido podría abrir una nueva fase de cooperación bilateral.
En los últimos años, Londres ha buscado diversificar sus alianzas estratégicas post-Brexit, y Marruecos se ha consolidado como un socio clave en África del Norte, especialmente en sectores como energías renovables, logística portuaria y seguridad regional.
El respaldo al plan de autonomía, más que un gesto simbólico, representa una apuesta por la estabilidad regional y por el liderazgo diplomático de Marruecos en el norte de África.
Análisis
El apoyo británico se suma a una tendencia cada vez más consolidada en la comunidad internacional: reconocer que la autonomía bajo soberanía marroquí es la única vía práctica para cerrar uno de los conflictos más prolongados de la región.
La diplomacia marroquí, bajo la dirección del Rey Mohammed VI, continúa cosechando resultados tangibles, fortaleciendo la posición del Reino como actor de equilibrio y estabilidad en el escenario africano y euro-mediterráneo.


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