Marruecos y Rusia han dado un paso importante en la consolidación de su asociación estratégica profunda, reafirmando su voluntad de fortalecer una relación que combina historia, pragmatismo y visión de futuro.
El ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, fue recibido en Moscú por su homólogo ruso, Sergey Lavrov, en una visita oficial que marcó un hito en la cooperación entre ambos países. Durante el encuentro, los dos jefes de la diplomacia firmaron un Memorando de Entendimiento que crea un Comité de Trabajo Conjunto entre los ministerios de Relaciones Exteriores de Marruecos y Rusia, con el objetivo de asegurar el seguimiento de los acuerdos existentes, identificar nuevas áreas de colaboración y mantener un diálogo permanente sobre temas de interés común.
“Marruecos y Rusia comparten la visión de un orden internacional más equilibrado, donde el respeto mutuo y la soberanía sean principios fundamentales”, declaró Bourita al término de la reunión.
Una alianza que se consolida en el tiempo
La relación entre Marruecos y Rusia no es nueva. En 2016, bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI y el presidente Vladimir Putin, ambos países firmaron la Declaración de Asociación Estratégica Profunda, un acuerdo que sentó las bases para una cooperación duradera en ámbitos políticos, económicos y culturales.
Desde entonces, la diplomacia marroquí ha mantenido un diálogo continuo con Moscú, adaptando la relación a los cambios del contexto internacional. En un mundo donde las alianzas se redefinen constantemente, Marruecos busca proyectarse como un actor autónomo y confiable, abierto a la cooperación con todas las potencias, sin renunciar a sus principios ni a su independencia de decisión.
La visita de Bourita a Moscú llega en un momento clave, marcado por la necesidad de diversificar las alianzas internacionales y consolidar la presencia marroquí en Eurasia. Para ambos países, el acercamiento responde a una lógica de equilibrio estratégico y realismo diplomático, en un contexto global en transformación.
Nuevos espacios de cooperación
El memorando firmado abre la puerta a una cooperación reforzada en sectores de alto valor añadido. Las áreas prioritarias incluyen la energía, la agricultura, la pesca, la investigación científica, la educación superior, la cultura y la innovación tecnológica.
En el plano económico, se prevé la reactivación de acuerdos bilaterales en materia de inversión y protección de capitales, así como el aumento de los flujos comerciales. Rusia ha mostrado interés en ampliar su presencia en el mercado marroquí, mientras que Marruecos busca diversificar sus socios energéticos y exportar más productos agroalimentarios hacia el mercado ruso.
El turismo y la conectividad aérea son también ejes de interés común. Tras la reanudación de los vuelos directos entre Casablanca y Moscú, ambos gobiernos han acordado facilitar una nueva ruta hacia San Petersburgo, destinada a fomentar el intercambio cultural y empresarial entre las dos naciones.
Cuestiones regionales e internacionales
Durante los encuentros, los cancilleres abordaron una amplia agenda internacional. El Sáhara ocupó un lugar destacado en el diálogo. Bourita reiteró que el Plan de Autonomía, presentado por Marruecos en 2007 ante las Naciones Unidas, constituye la base más seria, creíble y realista para una solución política y duradera.
“Rusia apoya los esfuerzos de las Naciones Unidas para alcanzar una solución política, realista y mutuamente aceptable a la cuestión del Sáhara Occidental. Consideramos que el diálogo directo entre las partes y el respeto a la integridad territorial de los Estados son la clave para la estabilidad regional”, declaró Sergey Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia.
Por su parte, Rusia reafirmó su apoyo a un proceso político bajo los auspicios exclusivos de la ONU, insistiendo en la necesidad de mantener la estabilidad regional y de respetar la soberanía y la integridad territorial de los Estados.
Los ministros también intercambiaron visiones sobre los desafíos del Sahel, el Magreb, el Medio Oriente y África del Norte, subrayando la importancia de una cooperación internacional más eficaz frente a los desafíos transnacionales: terrorismo, inseguridad alimentaria, energía y cambio climático.
La dimensión humana de la diplomacia
Más allá de los acuerdos institucionales, la relación entre Marruecos y Rusia se alimenta de un intercambio cultural y humano creciente. Universidades marroquíes y rusas han reforzado sus convenios de cooperación, y cada año aumenta el número de estudiantes marroquíes que cursan estudios en instituciones rusas, especialmente en áreas como medicina, ingeniería y ciencias básicas.
Asimismo, en el ámbito cultural, ambas naciones promueven festivales, exposiciones y programas de intercambio que buscan acercar sus pueblos a través del arte, la música y la literatura. Marruecos, con su diversidad lingüística y cultural, y Rusia, con su vasta herencia intelectual, comparten una comprensión profunda del papel de la cultura como herramienta de diplomacia y entendimiento mutuo.
Una diplomacia equilibrada y abierta
La visita de Nasser Bourita a Moscú confirma una vez más la orientación estratégica de la diplomacia marroquí: una política exterior pragmática, equilibrada y abierta al diálogo con todos los polos internacionales.
En un contexto mundial caracterizado por tensiones geopolíticas y realineamientos, Marruecos continúa apostando por una presencia activa en los espacios donde se definen los grandes equilibrios globales, defendiendo siempre su soberanía y sus intereses nacionales con serenidad y firmeza.


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