Marruecos y México han dado un paso significativo hacia la consolidación de sus vínculos económicos y diplomáticos. En septiembre de 2025, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) —máximo organismo del sector privado mexicano— reafirmó su apoyo a la integridad territorial del Reino de Marruecos, y expresó su compromiso con el fortalecimiento de la cooperación industrial y comercial entre ambas naciones.
El encuentro, celebrado en Ciudad de México, contó con la participación de representantes de la Confederación de Cámaras Industriales de México (CONCAMIN) y de la Embajada del Reino de Marruecos, encabezada por el embajador Abdelfettah Lebbar. Por parte marroquí, la delegación estuvo liderada por Chakib Alj, presidente de la Confederación General de Empresas de Marruecos (CGEM), quien destacó el carácter estratégico del memorando de entendimiento firmado entre ambas instituciones.
“Este acuerdo marca un paso importante hacia una cooperación económica más estrecha entre Marruecos y México, y refuerza nuestra visión compartida de una asociación Sur-Sur sólida, innovadora y sostenible”,
expresó Alj, subrayando que la colaboración entre los sectores privados de ambos países permitirá identificar sinergias en industrias clave como la automotriz, la química, la agricultura y las energías renovables.
El dirigente empresarial marroquí también resaltó que la firma del memorando se inscribe dentro de una estrategia más amplia impulsada por el Reino para fortalecer sus vínculos económicos con América Latina, en línea con la política exterior definida por Su Majestad el Rey Mohammed VI.
“Marruecos mira hacia América Latina con una visión de complementariedad y de futuro compartido. Nuestra geografía atlántica nos conecta con ambas orillas del océano, y México representa un socio natural en esa proyección”,
añadió Alj.
Por su parte, el embajador Abdelfettah Lebbar destacó la importancia del sector privado como motor de la cooperación bilateral:
“El entendimiento entre la CGEM y la CONCAMIN no es solamente un documento de intención, sino el inicio de un proceso de acercamiento empresarial concreto que beneficiará a las dos economías y reforzará la confianza mutua.”
El encuentro se enmarca dentro de una serie de acercamientos diplomáticos y empresariales que buscan materializar una nueva etapa en las relaciones Sur-Sur promovidas por Rabat, reforzando la posición de Marruecos como puente entre África y América Latina en el ámbito económico e industrial.
Diplomacia económica y apoyo institucional
Por el lado marroquí, el embajador Lebbar subrayó la relevancia del respaldo mexicano al proceso de desarrollo y soberanía nacional del Reino, recordando que la política exterior marroquí —bajo la dirección de Su Majestad el Rey Mohammed VI— prioriza el diálogo económico como motor de integración continental y cooperación Sur-Sur.
“El Reino valora altamente el apoyo constante de México a nuestras iniciativas de desarrollo y soberanía, y comparte con su pueblo la convicción de que el progreso debe construirse sobre la cooperación y el respeto mutuo”,
— expresó el embajador Abdelfettah Lebbar.
El diplomático marroquí también destacó que Marruecos se ha consolidado como un hub logístico, financiero e industrial en África, y que su apertura hacia América Latina responde a una visión estratégica que busca “crear puentes sólidos entre los dos lados del Atlántico”.
Complementariedades económicas entre dos potencias emergentes
Más allá de los gestos diplomáticos, esta cooperación se inscribe en una dinámica más amplia: el acercamiento económico del Reino hacia América Latina. En la última década, Marruecos ha abierto canales de diálogo con Brasil, Chile, Colombia y Perú, además de establecer acuerdos con cámaras empresariales de la región.
México, por su parte, se presenta como un socio ideal por su capacidad industrial, diversificación económica y posición geográfica estratégica dentro del espacio norteamericano. Marruecos, en tanto, ofrece estabilidad política y acceso privilegiado a los mercados africanos y europeos, gracias a sus múltiples tratados de libre comercio y a una infraestructura portuaria moderna encabezada por el puerto de Tánger Med.
El potencial de cooperación se concentra en sectores como la automoción, la energía renovable, la agroindustria y la innovación tecnológica, ámbitos en los que ambos países buscan fortalecer su presencia internacional.
Hacia un foro económico Marruecos–México
Durante el encuentro, se planteó la posibilidad de organizar en 2026 un Foro Económico Marruecos–México, destinado a reunir empresarios, agencias de inversión y autoridades de ambos países. El objetivo sería identificar oportunidades concretas de colaboración, especialmente en los campos de la manufactura avanzada, transporte marítimo y agricultura sostenible.
Fuentes diplomáticas marroquíes señalaron que este foro podría convertirse en un espacio de referencia para las relaciones afro-latinoamericanas, dentro de una estrategia que el Reino denomina su “diplomacia económica inteligente”, basada en la convergencia entre intereses públicos y privados.
La Iniciativa Atlántica: un marco geoestratégico
El acercamiento con México también puede interpretarse dentro del marco de la Iniciativa Atlántica impulsada por Marruecos, presentada en 2023 por el Rey Mohammed VI. Este proyecto busca convertir el litoral atlántico africano en un corredor de prosperidad y conectividad entre África, América del Sur y el Caribe.
En este contexto, México emerge como un actor clave en el lado americano de ese corredor, mientras Marruecos refuerza su papel como puerta de entrada africana. La conexión no es sólo simbólica, sino económica, logística y cultural, cimentada en una visión común de desarrollo compartido.
Un horizonte de cooperación Sur-Sur renovado
La consolidación de los lazos entre Marruecos y México confirma una tendencia creciente: la del reajuste de los equilibrios internacionales hacia nuevas alianzas multipolares. Para Rabat, América Latina representa una extensión natural de su política atlántica; para México, Marruecos simboliza un socio confiable y estable en un continente lleno de oportunidades.
Ambos países parecen decididos a traducir la afinidad diplomática en proyectos tangibles. El desafío será convertir los compromisos en resultados medibles: inversiones conjuntas, transferencia de tecnología, intercambio académico y desarrollo sostenible.
Más que un gesto diplomático, esta alianza representa la consolidación de una visión: la de un Atlántico que une a las naciones del Sur no sólo por la geografía, sino por una voluntad compartida de construir un futuro basado en la cooperación, el respeto y la prosperidad común.


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